El sistema operativo móvil más usado del mundo tiene un grave problema de versiones. ¿La solución? Dejar de usar su famosa nomenclatura de postres, para dar paso a una numérica. Adiós Andriod Q, hola Android 10.
Android, de Alphabet (Google), sigue en su cruzada para que el mercado no esté plagado de versiones tan antiguas de su sistema operativo (SO). Esta vez, la estrategia aplicada, ha sido cambiar el naming del nuevo Android y aplicar un lavado de cara al logotipo.
El problema
Para poneros en contexto, Android lleva tiempo sufriendo un mismo problema que se recrudece con el paso de sus versiones: la fragmentación. Aunque año tras año lanza una nueva versión de su SO, los fabricantes de móviles no ofrecen esas actualizaciones a sus clientes. Es verdad que los nuevos modelos de móviles suelen salir con la última versión de Android (en las gamas media – alta), pero una vez lanzado al mercado, dejan de actualizarse.
Cada vez que los directivos de la compañía miran los datos de arriba, se les empapan los ojos (y no precisamente de alegría). Tanto esfuerzo para sacar nuevas versiones, para que al final, muy pocos terminales tengan la última versión. Han intentado solucionar el problema incentivando a los fabricantes de smartphones, pero el esfuerzo ha sido en vano. También lanzaron el conocido Android One, su sistema operativo sin modificaciones, para que fuera más fácil de implementar por los fabricantes. Pero ni aun así.
La solución
Con la presentación de la última versión se pretende disminuir la fragmentación. ¿Cómo? Para empezar, porque siempre han seguido una nomenclatura de postres. Cada año, la versión posterior, tenía un nombre de la siguiente letra del abecedario a la anterior y se le buscaba el sustantivo de un postre que coincidiera. De tal forma, que, si hace dos años, la versión era Android O, de Oreo, el año pasado fue Android P, de Pie (tarta).
Tocaba Android Q, pero finalmente se llamará Android 10. De esta forma, los usuarios de Android (o sea, la mayoría del mercado) no se harán un lío con qué versión tienen, porque, aunque cueste reconocerlo, muy pocos usuarios conocen cuánto de actual es la versión de su dispositivo. Usando la nomenclatura numérica la cosa cambia. Cualquier persona deduce por sí misma que, si tiene la versión 8, y su vecino la 10, entonces su móvil está muy desfasado. Así de simple. Dar conocimiento suficiente al consumidor para que exija a las compañías que actualicen sus móviles a la última versión del sistema operativo.
Otro cambio que ha aplicado Android, es el lavado de cara de su logo. Letras más legibles en negro y el androide de un tono de color diferente (verde azulado) y mostrando solo su cara. Como una imagen vale más que mil palabras, mejor os dejo el diseño antiguo y el nuevo para que lo veáis con vuestros propios ojos:
¿Surtirá efecto esta estrategia? El tiempo y los números lo dirán.
1 comentario
Muy interesante